Cuando cerró los ojos, todavía podía recordar claramente su infancia, los días que pasó con su amado hermano mayor. No es que la estuviera echando a perder. Siempre estaba detrás de él, pero no podía gritar ... pero cada vez que miraba hacia atrás, él sonreía, decía su nombre y saludó. Y cuando ella se acercara, acariciaría suavemente su cabello. Todos los días sin incidentes estaban llenos de felicidad.
... Qué tonta había sido.
Shizuku Kurogane maldijo a su ser inocente, quien dio por hecho el amor de su hermano. Mirando hacia atrás en esos días, encontró una sombra sobre su rostro. En las reuniones familiares donde fue marginado. En las sesiones de entrenamiento de espada no se le permitió asistir. Cada vez que su hermano mayor notaba su mirada, ocultaba eso detrás de una sonrisa ... y en su egoísmo, ella no pensaba nada de eso. Pero esa sombra estaba allí. Él había estado luchando solo en aquel entonces contra las presiones que lo rodeaban, y ella no se dio cuenta en absoluto. Él se preocupaba por ella, y ella no lo apoyaba.
Pero hoy sería diferente. ¿Qué era importante para él? ¿Qué estaba esperando? Hoy lo sabía con claridad.
Y ... ella sabía lo que debería hacer.
Por su bien ... Estoy bien con perder todo.
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